sábado, 26 de mayo de 2012



Hipoacusia o sordera: Pérdidas Auditivas


Existen tres tipos de pérdida auditiva: hipoacusia leve, moderada y severa, dentro de esta última se encuentran las personas totalmente sordas que sólo pueden comunicarse a través del lenguaje kinésico. Los pacientes que tienen la primera pérdida requieren de la ayuda de un auxiliar auditivo y terapia complementaria. La segunda pérdida requiere de un auxiliar permanente, terapias académicas, de lenguaje y generalmente sufren de problemas emocionales, ya que no saben si pertenecen al grupo de oyentes o a la comunidad sorda.
Las pérdidas auditivas se clasifican en congénitas y adquiridas. Las primeras aparecen previo al nacimiento, aunque es muy difícil identificarlas de inmediato y pueden ser hereditarias o adquiridas (no genéticas). La sordera hereditaria representa el 50% de la población. Cuando alguien padece sordera genética no siempre poseen trastornos asociados, mientras que las adquiridas a veces son síntomas de padecimientos más graves.
Una de las causas más frecuentes de la sordera adquirida es la rubéola, enfermedad que afecta al embrión cuando la madre no realiza el control correspondiente al embarazo; no afecta únicamente al corazón, ojos y oídos, sino que causa un deterioro generalizado del embrión que da origen a un síndrome rubeólico. Las causas también son errores en la alimentación de los bebés ingresando leche u otros líquidos al oído, resfríos o gripes mal cuidadas.
Otras posibles causas de sordera son los tumores cerebrales, enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple, daño cerebral por un trauma o asfixia, entre otros.
Los tres tipos de pérdidas significan dificultades en el desarrollo integral del afectado, pero son las lesiones graves o profundas las más difíciles de tratar médica, educativa y socialmente. En el país se habla mucho de una lengua de señas, la comunidad y la cultura sorda, pero realmente nadie se percata de la verdadera situación de las personas sordas. La mayoría de estas personas ni siquiera tienen acceso al aprendizaje de una lengua de señas formal, provocando así una minusvalía social.
No es correcto pensar que la sordera es sólo un diagnóstico médico, es una forma de vida que merece respeto para su cultura, costumbres, valores, actitudes y procedimientos que realizan como grupo social y que transmiten de una generación a otra. La herencia más importante es la lengua característica de su comunidad.
En resumen, la sordera es provocada por diversas causas, casi el 10% de las pérdidas auditivas son adquiridas, mientras que el 90% es hereditario. Las adquiridas pueden prevenirse con vacunas, alimentación adecuada, control médico propicio durante el embarazo y otros. No debe tratarse como un problema, más bien hay que trabajar para que la inclusión de las personas sordas sea integral y favorezca su desarrollo dentro de la sociedad como seres productivos y capaces de realizar cualquier actividad, según su cultura, al igual que los oyentes.

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